5 de septiembre de 2014

Líbranos del mal (Scott Derrickson, 2014)

Líbranos del mal, enésima cinta de terror inspirada en casos reales, se estrana hoy mismo en las pantallas españolas.
Según reza la frase publicitaria que aparece en su cartel, la película está inspirada en una serie de casos reales en las que se vio envuelto Ralph Sarchie, oficial del departamento de policía de Nueva York. Dudo bastante que los casos investigados por el mencionado sargento sucedieran tal y como se cuenta en esta inclasificable cinta que puede llegar a descolocar al espectador, ya que su director no sabe muy bien si lo que nos quiere contar es un thriller sobrenatural con trazas de policíaco, o más bien un thriller policíaco con trazas sobrenaturales.
Scott Derrickson, un director de carrera algo irregular y con películas como El exorcismo de Emily Rose o el remake de Ultimátum a la Tierra en su haber, obtuvo hace unos años un moderado éxito con la cinta de sustos Sinister.
En su último trabajo, Derrickson regresa al género del terror sobrenatural para relatarnos una extraño caso de posesiones demoniacas, investigado por un descreído policía de Nueva York, interpretado por Eric Bana (Troya, Hulk), que pronto se verá obligado a pedir la ayuda del Padre Mendoza, un nada ortodoxo sacerdote especialista en exorcismos, interpretado por el actor venezolano Édgar Ramirez (La noche más oscura, El consejero), dando como resultado una especie de estrambótica buddy movie que, como he comentado antes no tiene muy claro a que género acogerse en ningún momento.
Tras un prólogo que nos sitúa en Irak donde tres soldados pertenecientes a los marines estadounidenses descubren algo extraño en una cueva oculta, la acción salta tres años en el tiempo y nos transporta a una ciudad de Nueva York, oscura y lúgubre donde se nos presenta de manera efectiva el atormentado carácter del personaje protagonista.
Con un guión escrito por el propio Derrickson, junto a Paul Harris Boardman, basándose en el libro del propio Ralph Sarchie, la cinta sabe construir de manera acertada una cierta tensión que mantenga interesado al espectador durante su primera mitad. Acertando de pleno sugiriendo, más que mostrando, al supuesto "villano" de la historia y limitando sus apariciones lo menos posible, pero lamentablemente, y según se va desarrollando la trama la película se va sumergiendo en todos los clichés manidos del género de terror, e incluso llegamos a ver persecuciones y alguna que otra pelea más propias de una película de acción, hasta llegar al inevitable exorcismo que se suele mostrar en el clímax de este tipo de películas.
Acompañan a los dos actores protagonistas, dos conocidos rostros televisivos como Olivia Munn (The Newsroom) y Joel McHale (Community), cumpliendo ambos eficazmente, pero especialmente McHale que muestra generosamente sus dotes humorísticas, erigiéndose como el alivio cómico de la cinta.
Aquellos que se acerquen al cine a ver Líbranos del mal y esperen la película de terror definitiva, quizá se sientan bastante decepcionados, ya que lo único que encontraran es una extraña mezcolanza de géneros, con algunos momentos que pueden producir la emoción contraria a la pretendida por el director, que sin ningún tipo de vergüenza se regodea en mostrar todo el catálogo de sustos del manual de este tipo de cine. En definitiva, una cinta entretenida para pasar el rato y poco más, pero que nos hace lamentarnos por la oportunidad perdida de, con los mimbres propuestos, haber creado una película verdaderamente terrorífica.

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