
La película nos cuenta como los seres humanos se han visto forzados a abandonar la Tierra debido a constantes catástrofes naturales que hicieron la vida impracticable, por lo que la humanidad buscó otro planeta para establecerse convirtiéndose Nova Prime en su nuevo hogar. Tras presentarnos a los personajes, y ponernos en situación, veremos como el comandante Cypher Raige, interpretado por Will Smith, parte en una misión en compañía de su hijo Kitai, interpretado por su propio hijo Jaden, cuando su nave espacial atraviesa una tormenta de asteroides, la nave se avería y se hace pedazos estrellándose finalmente contra un planeta que resulta ser la misma Tierra. Una Tierra que, sin la presencia de los seres humanos, ha llegado a evolucionar a un paraje salvaje e inhóspito para cualquier ser vivo. Como era de esperar, y más sabiendo que la película está escrita y producida por Will Smith para lucimiento exclusivo de su hijo Jaden, los únicos dos supervivientes del accidente son Cypher y Kitai, siendo este último el encargado de recorrer el planeta y localizar una de las partes destrozadas de la nave para poder activar una baliza de salvamento con la que pedir ayuda para ser rescatados.
Si exceptuamos varias escenas de acción, tampoco demasiado espectaculares, no sabemos si debido a la incapacidad interpretativa de Jaden Smith o a la dejadez del director al tratarse de una película de acción de encargo, la ligerísima trama de videojuego que va avanzando a golpe de "ir pasando pantallas" nos presenta la típica película de supervivencia, en la que el único conflicto emocional que encontramos sea el de la distante relación entre padre e hijo. Una relación enquistada debido a un hecho traumático ocurrido hace unos años, que Shyamalan, fiel a su estilo, nos va mostrando gradualmente a través de recurrentes flashbacks que iremos viendo según va avanzando la historia. Quizás sea en estos momentos donde más se pueda reconocer la particular impronta del director de películas como El Sexto Sentido o El Protegido.
Lamentablemente After Earth ha terminado siendo una de las grandes decepciones de este verano repleto de blockbusters. Un producto que a priori contaba con unos ingredientes que podrían haber atraído a los espectadores en masa a los cines y haberla convertido en todo un éxito, pero que sin embargo, debido a las razones ya mencionadas y a otras que se me escapan, nos ha dado como resultado un film anodino, aburrido y previsible. Añadan a la ecuación a un joven e inexperto actor, cuyo nulo carisma provoca el rechazo del posible espectador que se acercara buscando una película de aventuras y ciencia ficción entretenida que, siendo sinceros, quizá contaba con unas expectativas demasiado altas.
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