25 de septiembre de 2013

Arrested Development (4 Temporada, 2013)

Paladeando el último episodio de la cuarta temporada de una de las mejores comedias que han podido disfrutar estos ojos, caí en la cuenta que había devorado sus quince episodios en apenas tres días. En mi descargo diré que Arrested Development es tremendamente adicitiva y que sus episodios suelen durar unos treinta minutos, por lo que el maratón ha sido corto pero extremadamente intenso, y sobre todo, muy, muy divertido.
Cancelada en su tercera temporada en 2006 por Fox alegando las bajas audiencias conseguidas, algo que no es de extrañar viniendo de una cadena a la que no le tiembla el pulso a la hora de cancelar series si los números no les cuadran, la serie creada por Mitchell Hurwitz regresó triunfalmente hace unos meses de la mano de la plataforma digital Netflix que permitía la posibilidad de ver esta nueva temporada a través de lo que se denomina internet bajo demanda.
Para mí, una de las mejores sit-coms de la historia de la televisión, Arrested Development, que puede recordarnos a la mítica Enredo, nos cuenta la historia de la familia Bluth, formada por unos miembros a cada cual más alocado y donde uno de sus miembros, Michael Bluth, acompañado por su hijo George Michael (sí, como el cantante de Wham!), interpretados por Jason Bateman y Michael Cera respectivamente, intentan mantener la normalidad y la compostura en esta alocada y disfuncional familia. Los demás miembros de la familia están interpretados por actores de sobra conocidos y con una vis cómica a prueba de bombas como George (Jeffrey Tambor), el cabeza de familia, su esposa Lucille (Jessica Walter), su subreprotegido y "especial" hijo menor Buster (Tony Hale), Gob (Will Arnett), el hermano mayor y mago de profesión, su hermana Lindsay (Portia de Rossi), unida en un matrimonio sin futuro al eterno aspirante a actor Tobias Fünke (David Cross), y la hija de estos, la ignorada Maeby (Alia Shawkat).
Disparatadas tramas, personajes secundarios estrafalarios, cameos de actores de renombre (Carl Weathers, Lizza Minnelli, Ben Stiller, Charlize Theron, etc), diálogos rápidos e ingeniosos, sucesión de chistes a cada cual más genial, actores cómicos hilarantes... todo esto y mucho más encontraréis en los 68 episodios de las cuatro temporadas disponibles hasta la fecha de esta divertida serie que a poco que os gusten las comedias bien escritas y mejor interpretadas se convertirá rapidamente en una de vuestras favoritas.
Como novedad, en esta cuarta temporada, sus responsables, han querido dedicar cada uno de los episodios a uno de los miembros de la familia que se convierte en protagonista absoluto, mientras nos van relatando que es lo que ha ocurrido con los demás miembros de la familia durante los años que han transcurrido desde el final de la tercera hasta esta cuarta temporada. Todo presentado en un genial y divertido puzzle plagado de continuos flashbacks y enredos que el espectador irá recomponiendo en su cabeza según van avanzando los episodios, y donde todas las historias de los personajes que se nos van narrando paralelamente, y en donde veremos episodios muy divertidos, otros excepcionalmente divertidos y otro extremadamente carcajeantes como por ejemplo los dedicados a Buster y a Tobias, confluirán en un gran y sorpresivo final con un cliffhanger de los que hacen época.
Ahora solo nos queda esperar a que la familia Bluth regrese, ya sea en una quinta temporada o que los rumores de una hipotética película se conviertan en realidad y podamos disfrutar en la gran pantalla de las andanzas y desventuras de estos alocados personajes.

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